El horror de Dunwich

 


A principios de siglo, creo que por el 2003, estando cursando mis estudios universitarios de Humanidades en la Pablo de Olavide la primera promoción de alumnos quiso sacarse un dinero vendiendo libros para pagarse el viaje de fin de carrera. Los libros en cuestión era unos paquetes de 30 libros de la Colección Cien de Alianza Editorial, una colección que se publicó en los 90.
Cada paquete tenía 30 libros 'distintos'. De los 100 posibles había algunos que prácticamente estaban en todos los paquetes. Yo compré dos y usé los repetidos para intercambiarlos con los compañeros, como cuando se cambiaban cromos en el patio del colegio pero en versión campus. Al final me quedé con 39 distintos. Sí, no me salió muy bien la jugada. 39 distintos y unos cuantos repetidos que eran los que venían prácticamente en todos los paquetes. No recuerdo que pasó con los repetidos. Creo que varios años después los fui dejando en sitios aleatorios de Sevilla para que se los quedase quien los encontrase.

El caso es que después de tantos años creo que me he leído sólo una docena de ellos y me apetece leerlos todos al menos una vez. Haré una reseña de mi 'colección' cuando haya terminado hablando muy brevemente de cada uno. En la página de Lecturas podéis ver como voy progresando.

Sin embargo, aparte de esa reseña conjunta, quiero hacer una del que más veces he leído y (por ahora) mi favorito: El horror de Dunwich, de H.P. Lovecraft.


El horror de Dunwich
Lo primero que hace el libro es desviarte del camino. Te habla de una carretera y de que si un viajero se equivoca en un cruce cruza una comarca. Describe el paisaje que se vislumbra desde el cruce hasta volver a la carretera. Ese paisaje es Dunwich, donde ocurrió el horror de Dunwich. El libro se recrea bastante en unir continuamente 'horror' y 'Dunwich', en repetirlo hasta la saciedad, en recordarte que el horror se desató en Dunwich, en anticiparte a lo que está por venir, en que no se te olvide que llegarás a esa parte del libro en la que se especificará qué fue exactamente ese horror.

Lovecraft también hace hincapié en el 'protagonista', Wilbur Whateley. No es un héroe, ni por asomo, sino alguien que desde principio a fin Lovecraft quiere que detestes. De niño ya es feo, rematadamente feo es como lo describe, y su aspecto es cada vez más anormal (sobre todo su ritmo de crecimiento). En lo que respecta a su actitud es cada vez más huraño, antipático... y peligroso. No suele salir de Dunwich ni salir de casa con una pistola cargada.

Willbur sin embargo no es el horror de Dunwich, ni llega a matar a nadie. De hecho no podría considerarse el protagonista sino más bien ¿artífice del horror, cómplice del horror? Llegado el momento desaparece de la historia (presencialmente al menos).  El relevo lo toman el doctor Henry Armitage y sus colegas Rice y Morgan. Ellos serán los encargados de saber que se estaba cociendo en Dunwich y cómo detenerlo.

Seamos sinceros, el auténtico protagonista de la historia es el Horror de Dunwich. ¿Qué o quién es este Horror? Pues digamos que es algo/alguien que está presente prácticamente desde el principio de la historia pero que no actúa hasta que no se dan ciertas circunstancias. Los detalles exactos sobre su existencia no se revelan hasta el final. Sólo entonces cobran sentido multitud de detalles que Lovecraft va soltando poco a poco, aunque se deja más de uno sin explicar a propósito.

Es un relato corto, 95 páginas en un libro de 15x10 centímetros, así que no voy a contaros nada más sobre la trama, prefiero que lo descubráis. Al fin y al cabo es uno de los relatos de los que Lovecraft más orgulloso se sentía, y con razón. Es una pequeña gran obra maestra.

Sí os contaré, para terminar, un par de detalles que no tienen que ver la historia ni con Lovecraft, sino con su edición en español por parte de Alianza Editorial:
1. El título original es The Dunwich Horror, que se tendría que haber traducido como El Horror de Dunwich; sin embargo la palabra Horror se puso en minúscula. No entiendo porqué. Siendo magnánimo diré que se hizo así para no dejar una pista en el título y que la sorpresa que causa el Horror sea mayor. Siendo malpensado diré que quien tradujo el título no se había leído el relato. En los foros y páginas dedicadas a Lovecraft y sus criaturas se le conoce como Horror de Dunwich, no hay confusión ni discusión posible.
2. Otro tema de traducción. Willbur crece muy rápido en muy poco tiempo pero la altura nos la dan siempre en pulgadas. Sólo hay tres países en todo el mundo que aún usen ese tipo de medida, España no es uno de ellos. Este es un fallo que estoy notando en otros libros de la misma colección de la editorial. Si para entender un rasgo muy peculiar e intrigante de uno de los personajes tengo que recurrir a un conversor pulgadas-centímetros algo se ha hecho mal, concretamente traducir literalmente en vez de trasladar una unidad de medida minoritaria a la unidad de medida del país en el que se va publica la obra.

Espero poder dedicarle algún día a la obra de Lovecraft el tiempo de lectura que se merece. Mientras tanto recordad:
Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos
Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos

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